Más cerca de los Beatles que de tus discos de jazz.

.

miércoles, 17 de febrero de 2016

Y ya está. Ya no hay más. Ahora mírame a los ojos, que quiero recordarte todo lo que nos hemos querido. Qué rara es la vida. A los quince años nos hizo creer que conocíamos el amor y todavía no sabíamos ni de qué color tenía el pelo. Pero en fin, al final te las arreglas y acabas conociendo todas y cada una de sus facetas. Acabas aguntándote la risa a las tantas de la mañana y congelando el tiempo por si algún día te da por pensar que lo has perdido. Acabas grabando sus iniciales en un banco o una pulsera, y sin darte cuenta acaban grabándose en cada mueca, cada suspiro y cada llorera antes de irte a dormir. Empiezas a decorar las calles con recuerdos y a conocer manías que acabas haciendo tuyas. Porque supongo que el amor también es eso. Amor también es saber que le gusta la leche caliente y con poco chocolate. También es aprenderte su canción preferida aunque antes la detestases. Es cantar por la calle en verano y gritar como una loca desde la otra habitación. Porque puedo ser yo. Porque puedes ser tú. Y qué mas da lo que seamos ahora. Fuimos, y eso siempre nos lo quedaremos. Me quedaré con este trocito de tu vida en el que crecimos más de la cuenta y en el que nunca nos quisimos de menos. Nos quisimos a lo bestia y nos hicimos felices. Rompimos cualquier pronóstico y cualquier rareza. Sufrimos distancias y todas las trabas que se pusieron por el camino. Nos comimos el mundo por un momento y llegamos a todo lo que quisimos llegar. Hoy te veo aquí a mi lado y se me ha olvidado decir lo orgullosa que me siento. Se me ha olvidado decirte que después de todo, la mejor despedida era recordarte lo feliz que he(mos) sido. Fui feliz despertándome de la mejor resaca de mi vida cuando llegaste aquí por primera vez. Y desde entonces, qué puedo decir. Me has sacado de quicio, me has convencido de lo inconcevible y me has desordenado la vida por completo. Gracias. Gracias por regalarme este pequeño trozo de lo que te queda por ser. Siempre estaré aquí por si alguna vez no recuerdas quién eres. Por si alguna vez te has perdido y necesitas un pequeño empujón. Por si alguna vez necesitas que te recuerde que tú siempre podrás con todo. Estaré. Y sonreiré cuando me cuentes todo lo que has logrado. Porque sé que lo harás.
Siempre serás tú, nunca otro. Siempre mis dos patitos.

Nuestros.

-Hasta las suelas de mis zapatos te echan de menos-. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario