Sus pulmones iban cargados de mierda y su corazón de "qué mas da, si no estaremos aquí para contarlo". Se vive una vez y algunos viven como si no quisiesen ni esa única oportunidad. Me recuerda a esas veces en las que te la juegas en una única ronda y te dan ganas de apostarlo todo sin pensar en que te quedarás sin nada. Algunos no la quieren. O al menos eso parece por la ganas que le ponen. Vivir sin ganas… Esta es una de esas cosas que se encuentran en mi lista de cosas prohibidas, ahí arriba, junto con el conformismo y las inseguridades. Tal vez esa lista negra sea luego la que más tienta a la hora de la verdad, pero qué cojones… Vivir sin ganas sería como besar con los ojos abiertos o hacer el amor sin haberlo conocido nunca. Ser conformista sería como aquel escritor al que jamás leyeron en aquel rincón de la librería, lejos de los revolucionarios y de aquellos con ganas de cambiar el mundo no sólo con palabras. ¿Y qué hay de las inseguridades? Está tan visto el quiero y no puedo, que me río cuando alguien lo cuenta cambiando las palabras. Las inseguridades nos hacen quedarnos en la misma baldosa donde nos propusimos avanzar sin arriesgar nada. Y es que es verdad que solo hay una oportunidad, el todo o el nada, que te la juegas de una vez, pero tienes una vida y si no la usas acabarás en esa lista negra que siempre sancionaste y correspondiste con aquellos que no entendían nada de la vida.
-y entonces te darás cuenta de que tú tampoco.
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