Más cerca de los Beatles que de tus discos de jazz.

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domingo, 17 de agosto de 2014

De pronto te das cuenta de que nunca encajaste en las huellas que dejaste atrás durante toda tu vida. Que a veces te quedabas corta, y sin embargo otras dabas tanto de más que te sobraba un espacio que nunca conseguiste llenar. Te das cuenta de los espacios huecos que una persona puede dejar si se marcha. De la sensación de oler su perfume al entrar en su portal. Te das cuenta de lo difícil que es amar sin poder conocer a alguien que se pasaría la vida tumbado en tu tripa. De lo difícil que es saber perdonar sin antes conocer sus ojos de niño. De lo frágil y vulnerable que se puede llegar a ser cuando te das cuenta de que consiguió enamorarte con los chistes malos y las noches sin dormir. De lo idiota que pareces llorando por lo que te tiraste horas riendo. Incluso te das cuenta de lo frías que fueron las noches en las que él consiguió hacerte arder. Te das cuenta de los semáforos en verde que ignorasteis, de los silencios que nunca incomodaron e incluso de los abrazos que llegaron a hacer daño. Y pensarás que ya es tarde, que añorarás todo eso como un niño con la navidad, pero en el fondo lo sabes: Nunca es tarde para hablar de amor.

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