Más cerca de los Beatles que de tus discos de jazz.

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domingo, 2 de marzo de 2014

y que los besos de hoy no sepan a los de mañana

Hace unos días me preguntaron cómo empecé a sentir todo esto. Lo cierto es que no supe qué responder. ¿Cómo un sentimiento tan grande puede tener tan pocas explicaciones? Quizás es porque lo poco se vuelve grande día a día, y lo poco acaba siendo tan insignificante visto desde lo alto, que a veces no le damos la suficiente importancia. No le damos la suficiente importancia a los besos sin venir a cuento, a las miradas entre la multitud e incluso a las tardes de frío aguantando sólo por unos cuantos besos más. Quizás no encontré una respuesta a una pregunta que en mi cabeza abarcaba tanto, porque ni si quiera me di cuenta de cómo las cosas pequeñas son las que forman grandes montañas, ni de cómo cuando llegas a la cumbre, no puedes olvidar de dónde venías, no puedes olvidar cómo se te paraba el corazón por un te quiero o cómo un beso te resultaba algo incluso extraño. No puedes olvidarlo porque, por mucho que sus besos te sigan poniendo los pelos de punta, jamás sentirás lo mismo que la primera vez, jamás sentirás lo mismo que todas esas veces, todas las que hoy han formado algo tan grande, las que hoy forman la montaña que te sostiene en pie.


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