Más cerca de los Beatles que de tus discos de jazz.

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lunes, 7 de julio de 2014

Se trata de respirar aire limpio y cargar tus pulmones hasta que estés a punto de estallar; soltar todo lo que nos asfixia lentamente, sin dañar ninguna parte de nuestro cuerpo que después necesitemos arreglar. Y tan simple como eso, la vida. Nos empeñamos en hacerlo todo al revés, en asfixiarnos antes de coger aire, e incluso en soltar todo de golpe hasta acabar con nosotros mismos. Tal vez lo hagamos porque necesitamos que alguien nos arregle las heridas que no se curaron bien un día, o tal vez porque nos asfixiamos con la mínima tontería. Pero a veces el masoquismo se confunde con la vida misma, a veces nos creemos que esa es la forma de vivir, que se trata de sufrir, de autoengañarse. Y aunque el autoengaño resulte cómodo cuando se trata de uno mismo, llegará un día en que no nos crean, en que alguien nos diga que la verdadera razón por la que sufrimos empieza y acaba en nosotros. Y ese es el día en el que nos daremos cuenta de que todo lo que necesitábamos era esperar; esperar a ese alguien.

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