Y es que tal vez el amor existe por el miedo a soportarnos a nosotros mismos el resto de nuestras vidas. Tal vez exista sin ni si quiera saber de él más que lo que un día poetas como Neruda se atrevieron a contar. O tal vez se trate de naufragar en su verdadero sentido sin entender de lo que realmente se trata. De amar y de entregar a otra persona hasta la parte más nublada de nuestro cuerpo. Entregarse a una persona aunque sea a cachos, aunque nos hayan jodido tanto en esta vida que sólo nos quede por entregar unos cuantos trozos que sobrevivieron a los que un día fingieron sentir amor. Pero siempre quedarán trozos, ¿sabéis por qué? Porque siempre habrá una parte de nosotros que no entregaremos a nadie; a nadie excepto a quien de verdad lo sienta.
Y lo verdaderamente frustrante está ahí, en conocer ese alguien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario