Más cerca de los Beatles que de tus discos de jazz.

.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Todo lo poco que pareciese de normal se esfumaba cuando le miraba. Cuando sus ojos se ponían negros y su pelo se movía de una forma que le volvía loco. Y allí estaban, en medio de Madrid con las miradas llenas y las palabras huecas. En medio de un montón de gente sintiéndose las únicas personas del mundo en aquel momento.
No era el lugar ni el momento adecuado pero a pesar de ello, ella tan sólo pensaba en darle ese beso de más que cada noche se quedaba con ganas de darle. Ni si quiera era el momento de hablar del futuro.
Hablar de cómo las cagadas del pasado se fueron acumulando en lo que llamaron -futuro-, un futuro hecho y pensado solo para dos. Para dos manos juntándose en mitad de la carretera, para dos ojos mirándose de frente, e incluso para dos sitios donde sufrir las frías tardes de domingo.

Y es que a veces los -te quiero- al oído no son suficiente. A veces lo bueno se olvida mucho antes. A veces, el otoño llega cargado de frío y sin nadie que te lo quite. Absolutamente nadie.

1 comentario:

  1. A veces hace falta mucho mas que unos te quieros al oido. Me encanto tu entrada. Pasate cuando quieras por mi blog =) Un saludo.

    ResponderEliminar