Más cerca de los Beatles que de tus discos de jazz.

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jueves, 26 de septiembre de 2013

Me agarró de la cintura y me habló de olvidarnos del mundo. Sin apenas respiración que me permitiese pensarlo me di la vuelta y le bese. Le bese con fuerza, con ganas de gritar a los cuatro vientos que era eso justamente lo que necesitaba.
-Vámonos-, me dio la mano y se me olvidó el mundo, qué digo el mundo, el universo, la vida y todo lo que haya más allá de ella.
Miré a la luna, que me sonreía envidiosa, que me dijo que ella también necesitaba olvidarse, que también necesitaba que la cogiesen de la cintura y la besasen en la boca. Tenía ganas de salir de día, de descubrir algo más allá que unas cuantas personas aprovechando su luz para fingir sentimientos, haciendo como si de verdad éstos fuesen profundos.

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