Más cerca de los Beatles que de tus discos de jazz.

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jueves, 22 de agosto de 2013

y desde entonces, cuando la decía que la quería, no la soltaba las manos

¿Alguna vez has huido de un te quiero? ¿Alguna vez te han mirado a los ojos y te lo han dicho? -te quiero-. Dos simples palabras que se clavan en tu pecho, que asustan, que recuerdan a quien un día las dijo sin sentirlas.
Dos simples palabras que lo cambian todo, palabras que aceleran tu corazón y palabras que, sin saber cómo ni por qué, hacen que salgas corriendo.
Me pregunto desde cuándo tengo miedo a los te quiero. Desde cuándo comenzó esa fobia a oírlos cara a cara. Supongo que la respuesta está en el miedo de que todo se destruya. Miedo de confiar en que de verdad se puede llegar a sentir ese sentimiento. Miedo de saber que aquello es una realidad. Pero, ¿sabéis? Me he propuesto no volver a huir ante un te quiero. Suena absurdo, pero en el fondo, todos tenemos miedos incomprensibles que algún día tendremos que superar. Miedos que vienen de una mala experiencia en el pasado, o miedos que simplemente aparecieron ahí un día y no sabemos muy bien cómo deshacernos de ellos. Sea lo que sea son miedos, y debemos superarlos o al menos, dejar ayudarnos, dejar que te cojan de la mano y que no te dejen huir.


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