Más cerca de los Beatles que de tus discos de jazz.

.

jueves, 29 de agosto de 2013

Es cierto, me he vuelto a entregar a una persona, he vuelto a abrir mis puertas de par en par y he vuelto a dejar que pase toda la corriente, dejarle hasta la libertad de dar un portazo y darme de boca de nuevo. Pero no lo hizo, él no, o al menos todavía. Supongo que no nos ha descubierto, ¿entiendes? No ha descubierto la mierda que dejaste aquí en mi pecho, no ha descubierto la rabia contenida y las mierdas que un día nos dijimos a gritos. Supongo que es mucho de una vez, que todo eso lo tengo bien guardado, que lo dejaste muy profundo para que no consiguiese salir nunca. Pero, ¿sabes? Te digo todo esto porque tengo miedo, ya no tengo miedo al portazo si no tengo miedo a que descubra lo más profundo de mi, a que descubra el daño que nos hicimos intentando hacer las cosas de un modo más o menos correcto, que no era fácil después de todo. Tengo miedo de que huya, de que al entregarle todo de mí acabe asustando, porque realmente ni si quiera yo puedo sostenerme con todo eso. Todo que no es poco, porque tengo guardado hasta el último adiós de corazón en el que te deseé toda la suerte del mundo, tu última borrachera e incluso tus últimos ojos rojos, con un profundo verde que tanto me gustaba. Tengo guardado todas y cada una de las lágrimas a la madrugada, todos los secretos y todo lo que un día tú y yo pasamos, lo malo y lo bueno, pero sobre todo lo malo, que lo supera con creces. ¿Y ahora yo que hago? Ambos sabíamos que todo no iba a permanecer así para siempre, que alguna vez esto me quemaría tanto que tendría que sacarlo afuera de algún modo con la persona correcta, pero jamás supimos cómo íbamos a saber quién era esa persona. Supongo que no estás aquí para responderme, para decirme qué hacer, ni tampoco para decirme que me quieres, aun con todo. Quién sabe en que parte del mundo estarás ahora mismo deseando esconder toda tu mierda del mismo método que tres años atrás. Así que después de tanto tiempo tendré que dar por supuesto que te conozco (o al menos te conocía) lo suficiente como para saber qué dirías en este momento, y es que debo entregar mi corazón al que me lo da todo, y él lo hace. El miedo está ahí para matarlo y superarlo, y ya ves, superar es lo nuestro.

2 comentarios:

  1. Me hace gracia lo de entregar a quien te lo entrega todo, demuestra que nadie sigue sus propios consejos.
    Que bien escribes, siempre me acabas haciendo llorar, que malo es pensar!

    ResponderEliminar
  2. Toda la razón. Muchas gracias Esther me hace mucha ilusión que leas mi blog, pero no llores, juupe!
    Muy buenas entradas de vuestro blog las últimas por cierto :)

    ResponderEliminar