Nos educan para ser correctas. Para vestir y hablar de forma correcta. Para interpretar como maleducado a quien no deja pasar antes a una mujer. Nos educan para labrarnos un futuro; para seguir los pasos de nuestros antepasados. Nos educan para poder trabajar y dar de comer a los hijos que dan por supuesto que tendremos. Nos educan a base de expresiones y chistes sobre nuestra "inferioridad". Nos educan para vestir diciéndonos qué enseñar y qué no.
Pero, lo más triste de todo, es que son pocas personas las que se dan cuenta de esto. Las que se ponen a mirar a su alrededor, a ver como todas obedecen. A ver como todas intentan imitar ese estereotipo de mujer que nos dan a conocer. Intentan imitar las modas. Intentan estar preciosas para ellos. Intentan ser diferentes, pero luego son exactamente igual unas de las otras. Intentan ir en contra de algo que en verdad desconocen del todo, porque a la hora de la verdad, son pocas las que luchan en contra de esta realidad, muy pocas.
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