Buenas noches, beibes, como nos llamaba aquel grande entre los grandes de la música.
Supongo que una noche más me dispongo a usar un trozito de papel con el fin de compartir otro trozito de mi alma. Un poquito de amor, de sensibilidad y de compañia. Un poquito de magia, de ilusión y de música; aunque me supongo que la música traerá por sí sola esa magia que nos envuelve a todos con nuestra canción preferida. Ese deseo por grabar con aquella melodía el momento más especial que podamos imaginar en ese instante. Esa alegría por llenar de magia un momento mágico; llenarlo de música, de sonrisas compartidas en ese mismo instante y lugar, de melodías mezcladas con un poco del Stand by de los Beatles y otro poquito de dulzura. Con sonrisas grabadas por aquella canción de Resaca que tanto sonaba en tu cabeza. Momentos sencillos, pero momentos al fin y al cabo. Momentos que se han quedado bonitos en tu cabeza, y que por mucho que lo fuesen o no, bajo tus ojos quedaron grabados de aquella dulce y terrible manera y nadie cambiará todo aquello.
Grabar momentos mágicos con canciones tan mágicas como tu canción preferida. No puede haber nada más bonito, ¿no creéis?
Soñar bonito y amar profundo. Que nadie destruya vuestras metas ni en sueños.
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