Más cerca de los Beatles que de tus discos de jazz.

.

sábado, 22 de diciembre de 2012

¿entiendes?

En mi opinión, dar sin recibir no hace feliz a nadie, es más, es por ello por lo que nos decepciona tanto la vida. Cualquiera que da, espera ser recompensado en algún momento, aunque sea con la más mínima cosa. Hay quien da, incluso esperando recibir lo similar a lo que damos. Esperando recibir el mismo trato que tu diste, la misma atención, la misma ayuda, o incluso, el mismo sentimiento. Damos y damos esperando ser recompensados y cuando eso no ocurre nos decepcionamos. Pero, ¿sabéis? Nos lo tenemos merecido. No podemos dar sin tener la más mínima certeza de si servirá de algo. No podemos dar, o más bien regalar, creyendo que eso nos hará felices, porque no lo hará. Debemos elegir bien en qué situación dar, debemos elegir qué persona merece la pena y sobre todo, debemos saber cuándo parar. Ésta última cosa es la más complicada. Saber cuándo dejar de dar no es fácil, no nos hace nada felices el hecho de dejar de dar lo que antes llenaba nuestro día a día. Lo cierto es que, una vez que nos damos cuenta de que damos y no recibimos nada a cambio, nos acabamos cansando y concienciando de que debemos dejarlo y parar si no queremos hacernos más daño; y eso, por mucho que duela, es lo correcto. 


Pero, ¿y cuando lo quieres dar todo? Hay personas que están dispuestas a ello, dispuestas a darlo todo aun siendo conscientes de que puede que no reciban ni la mitad de lo que ellos dieron, aun siendo conscientes de que no deberían dar nada por esa persona. Aun con todo eso están dispuestas a darlo todo sin saber que el riesgo que tiene darlo todo, es que si no recibes, te quedarás sin nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario