Hay días que llevan tu nombre. Hoy es uno de esos días.

Es curioso. A lo largo de tu vida conocerás a un montón de personas. Desde la persona que te parezca más increíble hasta la que te parezca más estúpida. Y sin saber por qué, vas y te enamoras de la persona menos indicada sin saber qué le ves. Y a partir de entonces esa pregunta te la harás una y otra vez, y nunca, nunca, nunca, sabrás qué demonios responder. Porque, ¿sabes? Conocerás a personas mucho mejores que esa pero siempre seguirá siendo él. Pero eso no es lo verdaderamente frustrante. Cuando lo das todo por perdido tienes que aprender a olvidarle.Y con ello, olvidas esa sensación de hormigueo en la tripa, esa risa por cualquier chorrada, esos nervios tontos, lo olvidas. Lo olvidas y aprendes a buscar a otra persona que de verdad te convenga, pero lo que realmente fastidia de todo es no poder sentir ni la mitad de lo que sentías por él. Y aunque te acostumbres a no pensar en él es inevitable que algunos días se llenen de recuerdos. Esos días son odiosos porque después de tanto tiempo sigues sin poder responder la pregunta. ¿Qué tiene que no tengan los demás? Pero a pesar de todo, tienes que seguir adelante y sobre todo, aprender a querer a otras personas. Y eso, para mí, está siendo el paso más difícil.