Probé con cada una de las oportunidades que se me presentaban. Probé con cada una de las puertas que había, buscando qué salida era la correcta. Me desesperé, incluso llegué a rendirme, lo admito.
Pero de pronto, llega lo que siempre habías deseado. Justamente lo que esperabas, tal y como lo describiste. ¿Y ahora qué?
Ahí tienes la puerta, ahora tendrás que buscar la manera de abrirla.
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