Real como la vida misma.

Muchas veces nos desesperamos por buscar cosas estúpidas. Nos empeñamos en querer encontrar al amor de nuestra vida, la felicidad constante o qué se yo, una amistad para siempre. Buscamos por todas partes, persona a persona y nos encontramos con mil historias fallidas, mil lagrimas, mil caídas, y nada. Nos machacamos la cabeza intentando encontrar todas esas cosas. ¿Para qué? ¿Quién quiere una felicidad constante? Sin tristeza no podríamos tener felicidad. ¿El amor de tu vida? No se basa en buscar, puede que el amor de tu vida sea ese chico con el que te acabas de cruzar por la calle, o tal vez sea quien menos te lo esperas o, quién sabe, a lo mejor aun ni ha aparecido. A quién le importa, mientras haya alguien que nos de alegrías, también tristezas, victorias y fracasos, que nos aporte ilusión. Siempre habrá ese alguien, y si se va vendrá otro, y eso es así, y esa es la realidad. Quién quiere algo para siempre, si los siempre solo sirven para decepcionarnos. Vive tu vida con realismo, ese es mi consejo.