Y para qué nos vamos a engañar, ni tu eres Romeo, ni yo soy Julieta. Somos totalmente imperfectos, con demasiadas diferencias que ni si quiera nos unen. No nos merecemos ni una segunda oportunidad, yo fui tonta y tú un niñato. No sé que pretendía el destino enamorándome de ti, tan solo sé que en ti encontré, o más bien busqué lo que en ningún otro. Solo sé que me perdía en tus ojos, me embobaba con tu sonrisa, y temblaba con el roce de tu piel. Solo sé que no fueron unos meses, sino unos años. Solo sé que el puto destino ha decidido que seas el chico al que más he querido.
Tenías razón, hay muchos más ahí fuera mejores que tu. También tenías razón sobre los defectos que te sacaste... pero solo hay una cosa que no entendiste: Yo no elegí quererte.
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