CUÁNDO

Me pregunto cuándo dejaremos de mentirnos a nosotros mismos.

Cuándo convertiremos los besos guarros en el crujido de las hojas del otoño.

Cuándo nos tomaremos los susurros a las cinco de la mañana como las declaraciones de amor de una tarde de domingo. 

Cuándo dejaremos de convencernos de que unas cuantas caricias en la cadera borran toda mi mierda de una sola vez. 

Me pregunto cuándo nos miraremos a los ojos para reconocer que es cierto, que un día no hace mucho tiempo llegó alguien, alguien que me rompió en un montón de trozos que ya ni si quiera encajan. 

Cuándo dejaré de creerme que la única solución son tus ojos. 

Cuándo dejaremos de tratar de que todo sea bonito, cuándo reconoceremos que no necesitamos más que unas manos que me acaricien el pelo mientras te beso. 

Cuándo me convenceré de que existen problemas sin solución alguna. 

Cuándo te miraré a los ojos para decir que para mí eres mucho más que una solución, eres todos los trozos que me encajan. 

Eres el calor en invierno y los labios de mis domingos. 

Eres el susurro a las cinco de la mañana y el café de por la mañana. 

Eres mucho más que la solución de un problema. 

Eres tantas cosas, que necesitaría mil noches para explicártelo al oído.