Es curioso que los cambios más importantes de nuestras vidas ocurran en tan sólo un instante. Es curioso hasta que los cambios más importantes de nuestras vidas se traten de las cosas más inesperadas y simples. Es curiosa hasta la sensación que se te queda cuando llega alguien a tu vida para cambiarla toda por completo. Sin permiso, sin avisar, nada... Simplemente llega, quién sabe por cuanto tiempo, y lo descoloca todo. Y entonces, de alguna forma, improbablemente y cuando menos te lo esperabas, el mundo por sí mismo vuelve a estar bien. Vuelve a estar todo mucho más claro.
Y es que hay cosas que las palabras por sí solas no tienen valor para interpretar. Que hay veces en que los sueños se sienten reales, y veces en las que la realidad se siente como un sueño, que te encuentras entre despierto y dormido, y que cualquier cosa puede llegar a ser real o imaginada en cualquier momento. Hay veces en que lo único que ves claro es que es hora de tan solo vivir ese sueño, de dejar de pasarse la vida preocupándose por el futuro, planeándolo, intentando predecirlo, como si por averiguarlo de alguna manera fuésemos a amortiguar cualquier golpe, cuando en realidad sabemos que esto no será así.
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