locura que no rutina

De pronto, te das cuenta de que todo no era tan sencillo o tan simple como creías. De pronto te das cuenta de que lo que resultaba una tontería acabó convirtiéndose en la razón de reír día sí y día también. De pronto te das cuenta de que no querías, en verdad, que aquello acabase. De pronto te das cuenta, de que nadie con tanta locura te sacará más de tus casillas, que nadie logrará hacerte enloquecer más que aquella persona. De pronto te das cuenta de que quieres sacar tiempo tan solo para pensar en él, para imaginarse un día más junto a su sonrisa y sus ganas de hacer reír. Tiempo para darte cuenta de que te hace sonreír hasta cuando lo que imaginas no es lo que realmente sucede. Y tan tarde, te das cuenta de que le querías más de lo que pensabas, que las cosas realmente gratificantes son las que menos duran y más peso causan en su caída. Y, sobre todo, te das cuenta de que aunque esa persona no haya desaparecido del todo, para ti si no esta justo a tu lado, no es suficiente.